El pasado 13 de septiembre tenía lugar el I Congreso para familias Viviendo Con Peques, organizado por María Riquelme, mamá, educadora y directora de Viviendo con peques en activo.
Todo empezó con un mail varios meses antes. María me propuso participar en el congreso y acepté sin dudarlo. El esfuerzo de María para organizar el congreso se vio reflejado en su fantástico resultado. La organización, los ponentes, la decoración (a cargo de Se Me Antoja Una Fiesta) y los innumerables detalles y sorpresas con marca personal dejaron patente su pasión por el trabajo que había realizado.
No negaré lo nerviosa que estaba ese día. Ya había ofrecido charlas y talleres en otras ocasiones, pero nunca con un aforo de cien personas. Como joven psicóloga, muchas de las experiencias que estoy viviendo actualmente son mis primeras veces, y eso se nota. Resulta un aprendizaje muy útil y a la vez supone una experiencia de superación personal. Hablar en público no es mi punto fuerte, pero tras el congreso y gracias a las opiniones y críticas constructivas que recibí, me di cuenta de que es una característica de mí que quiero pulir para poder disfrutar más de una parte tan interesante de mi trabajo. La ansiedad, el miedo a hablar en público es una experiencia habitual en la mayoría de las personas, aunque seas psicólogo. Prepararte para enfrentar tus dificultades y mejorar ya es una cuestión de elección personal.
Tras el divertido taller de Jumping Clay y una cariñosa presentación de mi persona por parte de María, comencé la primera ponencia: Psicología Perinatal, abordaje de la salud familiar desde la preconcepción hasta la crianza temprana. La ponencia tenía como objetivo dar a conocer este nuevo campo de la psicología a las familias. Desde este área se trabaja la salud de la mamá y el bebé, el vínculo afectivo y las posibles complicaciones que pueden surgir desde el embarazo hasta la crianza temprana. También se abordan problemas de fertilidad y los duelos por muerte gestacional y/o perinatal.
La etapa primal es un periodo sensible para la formación de la estructura psíquica del ser humano. Acompañar e intervenir con las familias para facilitar una adaptación saludable a la nueva situación resulta de vital importancia para el crecimiento del bebé, la formación de su personalidad, autoestima, estilos de relación social y afrontamiento. A largo plazo, las generaciones cuyas crianzas se hayan basado en cuidados sanos y respetuosos repercutirán en una mejora social a todos los niveles.
Tras finalizar la primera ponencia, le tocaba el turno a mi compañera en Educa con Caricias, Azucena Martínez Marshall, educadora de masaje infantil por AEMI, técnico en quiromasaje y naturópata. Con mucha calma y claridad nos habló del masaje infantil, sus orígenes y beneficios para los más pequeños y de sus familias. Además, ambas pudimos presentar nuestro trabajo en Educa: Talleres de masaje infantil y Charlas de psicología para madres y padres (más info aquí).
Llegó el turno de mi segunda ponencia: Primeras experiencias y su influencia en la salud mental. Resumir un tema tan amplio e importante en media hora resultó bastante difícil. Quería decir mucho en poco tiempo. Al final lo conseguí. La primera infancia tiene un peso crucial para la salud psicológica de la persona. La manera en la que los adultos responden a las necesidades emocionales y fisiológicas desde el nacimiento determina en gran medida la formación de la personalidad.
La regulación de las emociones se aprende en esta etapa. Los adultos somos los encargados de acompañar y guiar a los más pequeños en el proceso. Las emociones son un sistema innato (nacemos con ellas) de supervivencia, todas son importantes y tienen una función. No hay emociones negativas o positivas, más bien todas ellas son necesarias como guías de actuación. La correcta interpretación y gestión de éstas dependerá del significado y actuación que le ofrezca el mundo adulto al niño.
Si clasificamos las emociones como negativas o inapropiadas, intentaremos reprimirlas y no aprenderemos a reconocerlas en nosotros mismos y los demás, a interpretar su significado y expresarlas de forma apropiada. Así, por ejemplo, la tristeza es una emoción censurada si el niñ@ percibe rechazo ante su estado de tristeza y/o llanto, o si es castigado por ello.
Validar las emociones es una respuesta más sana, efectiva y respetuosa a utilizar ante la expresión de las emociones de los niños.
Entender el motivo legítimo del niño, aceptar y nombrar el estado emocional, junto con acompañar y explicar las circunstancias y/o límites, si es necesario y según la edad del niñ@, sería la secuencia a seguir.
De forma muy breve, vimos los cuatro tipos de apego que se pueden dar entre los padres y el niñ@ en función de las respuestas que éste ha recibido del entorno.
Además aclaramos lo que es y no es regulación emocional. Actualmente existe la creencia errónea, apoyada por ciertos métodos “educativos” y técnicas psicológicas, de que tras el cambio de conducta se ha producido la regulación de una emoción. Dicha creencia da lugar a que sólo se tenga en cuenta el último factor, la conducta a corto plazo, y se busca el cambio en ésta a cualquier precio. Bajo esta perspectiva se observan cambios en la conducta provocados desde el miedo, la obediencia, sumisión, evitación del castigo, o como indicaba la diapositiva de más arriba, desconexión emocional (si no satisfacen mi necesidad, desconecto de ella para no sentirla y por lo tanto no tener que pedir nada) y/o descontrol emocional (la emoción me invade y al no saber cómo manejarla el malestar continúa aumentando provocando una espiral de ansiedad). El fin no debería justificar los medios, y en este caso, ni siquiera el resultado se valora en su totalidad.
Por último, el factor más importante que influye en la capacidad del adulto para regular y acompañar las emociones de los niñ@s es su propia capacidad de autorregulación, su propia estructura psíquica, formada por la trayectoria vital propia: los hechos que recordamos, buenos y malos, y también los más dolorosos y de difícil acceso a la conciencia. La analogía con una mochila invisible sirve para comprender su funcionamiento: todos llevamos una mochila donde almacenamos nuestras vivencias más dolorosas, ocultas y difíciles de afrontar. Muchas personas van haciendo consciente y visible ese contenido y consiguen ir eliminando carga, y otras no pueden realizar ese trabajo e incluso van llenando la mochila más y más. Al ser invisible, podemos pensar que no existe, y seguiremos inevitablemente cargando con su peso sin comprender por qué nos «duele la espalda».
Después de tanta información, hay madres y padres que piensan que cambiar su estilo de crianza es sinónimo de ser perfecto y hacerlo todo bien siempre. No se trata de ser perfecto, de hecho cometer errores forma parte de la experiencia humana normal. Cuando hablamos de crianza, ante los errores es importante realizar una reparación efectiva: reconocer, reparar, aprender y cambiar. Ser humilde y aprender de tus errores también es una experiencia de aprendizaje para los hij@s. Recordemos que los niñ@s no necesitan padres y madres perfectos, necesitan madres y padres suficientemente buenos: reflexivos, afectivos y coherentes.
Como conclusión final, lo que necesitan los niñ@s para crecer sanos emocionalmente son madres y padres sanos emocionalmente, por lo tanto, no encontré mejor frase que la de John Bowlby para terminar mi ponencia.
Al día siguiente, repasé mentalmente todo lo acontecido aquél día y me sentí satisfecha con el resultado de la experiencia. Varias personas se pusieron en contacto conmigo para trasmitirme lo mucho que les gustaron las ponencias, y otras personas se han interesado por nuestro trabajo en Educa con Caricias.
Por distintos motivos no asistí a todo el congreso, pero mis compañeros Juan y Azucena si estuvieron y su opinión fue que todos los ponentes habían estado magníficos y aportaron información muy interesante.
A continuación copio unas palabras de Azucena tras la experiencia del congreso:
Como ya os fuimos anunciando, ayer estuvimos en el I Congreso para Familias «Viviendo con Peques”. Agradecer y felicitar a María, su organizadora, por su gran trabajo, y a todos los expositores que allí estuvieron, la lista es extensa, y también a todos los asistentes. A pesar de los nervios y la emoción, pudimos presentar nuestro proyecto, que tuvo gran acogida, y aprendimos muchísimo de grandes profesionales y compañeros, que como nosotros trabajan para mejorar la crianza de los más pequeños.
Estos eventos nos inspiran y dan fuerzas para seguir adelante. Algo se mueve, y por fin nos estamos dando cuenta de lo importante que es educar a los niños en valores, emociones, creatividad…por mucho que nuestro sistema educativo se empeñe en que no sea así.
Un auténtico placer compartir estas experiencias con dos personas que merecen todo mi respeto y admiración: con mi amiga y compañera Patricia Valiente Ψ Psicóloga, y con mi marido, amigo y compañero de vida Juan Valiente.
Vamos a seguir trabajando para transmitir los beneficios del masaje infantil y la crianza con apego, a través de nuestros cursos y talleres de psicología, porque nos apasiona nuestro trabajo y creemos en él.
Agradeceros también a todos los que nos seguís y apoyáis, nos dais mucha fuerza!!!
14 de septiembre de 2014 en www.facebook.com/EducaConCaricias
Gracias a María por valorar nuestro trabajo y ofrecernos la oportunidad de participar en el congreso. Esperamos repetir en la segunda edición con la misma ilusión y nueva información para las familias.
Gracias a Yolanda de Dulces Sueños por prestarme sus preciosas fotos para las presentaciones. Sin duda le dan un toque muy especial.
Gracias a todos los asistentes al congreso. Es maravilloso observar como tantas familias y profesionales de distintos ámbitos se interesan por nuevos temas relacionados con la crianza y la salud. Algo está cambiando, y todos los que estábamos allí formamos parte de ese cambio.
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