La crianza de los hijos es una de las tareas más difíciles a las que se enfrenta una persona, y a su vez puede ser una de las experiencias más gratificantes y transformadoras que existen.
La sociedad actual en la que vivimos dista mucho de facilitar esta tarea. El mercado capitalista, el aislamiento familiar y los problemas de conciliación, entre otros, son barreras que pueden dificultar la crianza de los pequeños y a las que tenemos que adaptarnos de la mejor manera posible.
Además de las barreras socio-culturales, están nuestras propias dificultades internas.
La forma en que fuimos criados, educados y cómo fue la vinculación con nuestros padres, será fundamental para nuestra forma de estar, sentir y relacionarnos en el mundo.
Procedemos de un paradigma autoritario de crianza, donde se primaba una forzada independencia temprana, se confundía el satisfacer necesidades básicas con la adquisición de malos hábitos y en muchos casos se utilizaba el maltrato físico y psicológico como método educativo. Hoy en día conocemos las consecuencias devastadoras a nivel emocional, psicológico e incluso físico de haber sido criado bajo el autoritarismo.
El estilo autoritario de crianza no es el único que influye negativamente. El estilo permisivo-sobreprotector sería el otro extremo. En este caso los padres no son una figura segura y coherente para el niño. Tienen muchos miedos (propios) y se dejan llevar por ellos, adoptando comportamientos extremos de cuidado que no permiten el desarrollo y aprendizaje autónomo. Otorgan una pseudo-libertad, que va desde prohibir lo temeroso para el progenitor hasta no saber poner límites apropiados a la edad y situación.
Por último, también hay crianzas en las que los padres no ejercen su rol. Pasan muy poco tiempo con sus hijos, no existen apenas normas, límites ni proximidad afectiva. No se involucran en su desarrollo ni educación. Son niños que pasan mucho tiempo solos o con otras personas. En muchos casos las necesidades afectivas son cubiertas artificialmente con bienes materiales.
No todas las crianzas pueden enmarcarse claramente en uno de los tres estilos. Los problemas presentes en la crianza conllevan más matices y hay más variables intrincadas de lo que se puede expresar en una clasificación. Aun así la clasificación sí nos puede ayudar a analizar y comprender nuestra propia historia y el estilo que más se aproxima a nuestra forma de criar.
No debemos obviar el hecho de que nuestra propia crianza nos ha marcado, y por lo tanto va a influir en la forma de ejercer la parentalidad. Los hijos despiertan en ti aspectos que tenías dormidos, reprimidos, ocultos. Te ofrecen la oportunidad de mirar hacia ese lugar para sanar tus heridas y no actuar desde ellas en tu ma/paternidad. No es una tarea fácil. Supone contactar con un dolor profundo, hacer un gran trabajo de elaboración, romper ideales y defensas. No es sencillo, pero sí debería considerarse necesario. Cuanto más vacía lleves tu mochila, con menos peso cargarás la de tus hijos. Y no sólo por ellos, sino también por ti. Te mereces libertarte de esa carga.
No eres responsable del trato que recibiste en tu infancia. Sin embargo, como adulto, eres responsable de arreglarlo. Mejorar como personas puede resultar doloroso, pero a medida que nuestras cargas sean más livianas tendremos más capacidad de criar desde el respeto a la infancia.
Las opciones para recorrer tu camino como madre y padre de forma consciente y potencialmente sana para ti y tus hijos son muchas. Aquí te ofrezco tres: el grupo de crianza, la psicoterapia individual y los talleres.
Psicoterapia
“La mejor herencia que un padre/madre puede dejar a sus hijos es haberse sanado como persona”
La ma/paternidad nos ofrece una oportunidad de cambio y crecimiento personal. En la terapia te acompañaré a recorrer tu historia, a ver las heridas y sanarlas. Tu ritmo siempre será respetado. Ver más en adultos.
Grupos de crianza
“Para criar un hij@ hace falta toda una tribu”
Los grupos de crianza son espacios de encuentro entre familias, dirigidos por un profesional, donde se establece una relación de apoyo y respeto mutuo en la crianza de los hijos. En el grupo puedes compartir tus dudas, hablar de tus dificultades, de tus experiencias tanto positivas como negativas en el día a día de tu labor como ma/padre. Se trata de un espacio de reflexión, cuestionamiento, autoconocimiento, aprendizaje y cambio sobre la manera que tenemos de entregarnos a la labor de criar, educar y crecer como familia. Descubrirás que no estás sólo, que hay muchos padres con inquietudes, dudas, inseguridades y vivencias similares a las tuyas. El objetivo es propiciar el desarrollo armónico de los niños y niñas, de la familia en su conjunto y de nosotros como personas.
Grupo de crianza para madres: “Cada vez que nace un bebé también nace una mujer-mamá.”
Antiguamente la crianza se realizaba con el apoyo de muchas mujeres. Se vivía en tribus o poblados, y entre todas se repartían las tareas de cuidado y educación de los pequeños. Además la sabiduría de la maternidad se transmitía con facilidad de unas a otras. Veían, observaban, participaban y aprendían. Actualmente la maternidad se vive en soledad. El puerperio es una etapa de muchos cambios, de intensas emociones. Es una etapa que requiere de mucho apoyo emocional y “logístico” para que la mamá pueda ocuparse del nuevo ser que la necesita disponible en cuerpo y alma. El grupo es un lugar donde sentirte atendida, apoyada, acompañada, comprendida y sostenida en el camino de la maternidad.
Grupo de crianza para padres: “El padre de este nuevo paradigma es un hombre seguro de sí mismo, que se encuentra a gusto compartiendo las tareas del cuidado de la casa y del bebé con su pareja. No se ve amenazado por la mujer, sino que colabora con ella y la acompaña en el camino de la vida.” Ramón Soler.
La actitud de los padres en la crianza ha cambiado. Se involucran mucho más y son más sensibles a las necesidades de sus hijos. Ellos también tienen dudas, inseguridades y muchas ganas de compartir sus experiencias con otros padres. También pueden nutrirse de la experiencia de apoyo grupal en el camino de la paternidad.
Talleres: charlas teórico-prácticas sobre temas que interesan a los padres y madres en la educación y crianza de sus hijos. Se proporciona información, recursos y estrategias que les resulten de utilidad en su labor. La finalidad es que se conviertan en promotores del desarrollo saludable de sus hijos.
Temáticas: sueño, aspectos psicológicos de la alimentación, apego y vinculación, aspectos emocionales en la infancia, límites, rabietas, conflictos familiares por la crianza, sexualidad, comunicación respetuosa, etc.
La mayoría de los padres aman a sus hijos y quieren compartir con ellos sus vidas, estar presentes, acompañarles en su crecimiento. Educar en emociones, ofrecerles límites y contención, descubrir sus talentos y ayudarles a potenciarlos. Ofrecer una base de seguridad y cariño durante el periodo de mayor dependencia, para luego poder dejar volar a los futuros adultos sintiéndose libres, seguros y respetados. Cuando los padres ejercen un estilo parental respetuoso, la crianza potencia la salud integral y genera bienestar, para el niño, el adulto y toda la sociedad. El adulto debe ser su guía, su defensor, su brújula en el inicio de su vida desde la comprensión de su naturaleza.
No se juzga o culpa a los padres. Muchos de ellos ya tienen mucha culpa acumulada que les paraliza e impide un cambio a mejor. Se les ofrece información, recursos, herramientas para que las adapten a su propio estilo y poder utilizarlas en beneficio de todos. Se incita a la crianza con consciencia, con consciencia de sus actos, de sus palabras, de sus limitaciones, de sus temores, de la historia que les ha llevado a ser quien son.
Elige responsabilizarte de tu papel como madre/padre y disfruta de la construcción de una relación desde el respeto y el amor.
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